jueves, 23 de mayo de 2013

Beso, atrevimiento o verdad

Las hay con éxito, existen las populares, las conflictivas, las mediáticas; pero en este caso hablamos de las parejas con edades dispares. Décadas separan a nuestros tortolitos protagonistas pero los une el amor, la confianza, el respeto aunque los malpensados dirán que también lo hace el dinero


Hace semanas que el presidente de Honor del Real Madrid, Alfredo Di Stefano, aparece en otros medios muy distintos a las cabeceras del As o del Marca. Llena espacios de la televisión en programas del corazón por una supuesta boda con su secretaria, esa a la que saca 50 años. La diferencia de edad, que se dice pronto pero es medio siglo,  y la avanzada edad del emblema merengue hacen desconfiar a los hijos de él y aunque no salga de sus bocas, la palabra cazafortunas pulula en el ambiente  y la batalla legal se ha desatado. Hartos estamos de ver la dichosa frase “El amor no tiene edad”  pero Gina González y el ex futbolista han reabierto un debate eterno: ¿Es posible una historia de amor entre dos personas tan alejadas generacionalmente?
Cierto es que el amor es libre, que surge cuando menos te lo esperas y cupido lanza sus flechas sin pensar si es conveniente enamorarse de una u otra persona, pero los peros existen y los ponen aquellos que están alrededor. Ponerse en la piel de los enamorados es quizás lo más habitual pero ¿quién piensa en los hijos? aquellos que si han sido comprometidos con su progenitor lo habrán cuidado ¿Es comprensible la reacción de los segundos en discordia calificando este amor aludiendo a la cordura
 
Son muchas las parejas que han traído consigo miles de horas de prime time con tertulianos cuestionando su relación o  recopilando las reacciones de sus hijos dentro y fuera del ámbito personal. Quién no se acuerda del desplante de Eugenia Martínez de Irujo  en la boda de su madre con Carlos Díez, enfermedades aparte; o la de comentarios que desató nuevamente la unión entre Julio Iglesias y su querida Miranda. Es ineludible que uniones como la de Harrison Ford con Calista Flockhart o Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones perduran a pesar de sus vaivenes, de sus crisis sentimentales (esas que tienen todas las parejas, independientemente de la edad). Relaciones imposibles de cuestionar una vez pasados los años  de tal modo que nadie se atreve a colocar en una diana a los amantes por no ser coetáneos. Solo el tiempo da o quita la razón a nuestros protagonistas  y únicamente ellos deberían ser jueces de su relación ¿por qué quién es nadie para calificar de realidad o ficción un sentimiento tan imposible de comprender y cuestionar como es el amor?
Lo curioso es que los padres de mi mejor amigo se llevan una década y aunque en su momento las familias se echaron las manos a la cabeza, siguen juntos y continúan igual de enamorados. A ver si todas las dudas que plantean estas relaciones no es por el amor sino por el dinero y el grado de dependencia de los protagonistas. Sería una espléndida ocasión para reflexionar si lo que juzgan los segundos en discordia es la posibilidad de hacerse con un mayor pastel a la hora de heredar y no lo enamorado que está su padre. Este sería otro cantar y otra tesis  que juzgar.

Sandra Delgado @delgadopozuelo

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